Hay un montón de ambigüedades que vienen con el inicio de un nuevo negocio y la mayoría de los nuevos empresarios temen a estos primeros estadios del emprendimiento, lo cual es normal y está bien que sea así.
Si superas tus primeros momentos con los socios, clientes e inversionistas, estaras más seguro en tus pensamientos al éxito
Para ahorrarte un poco de trabajo, a continuación te muestro algunas de las pesadillas que puede sufrir todo emprendedor y cómo evitarlas.
1. El miedo al fracaso
Sin duda, el mayor temor de un empresario es fallar, y más cuando su emprendimiento resulta todo en un momento de su vida. Aunque no lo creas la mayor parte de las empresas fracasan en sus inicios, aunque es cierto que sucede por situaciones de las que se puede aprender y superar. Cuando estás empezando con estas altas probabilidades de fracaso, está bien estar asustado.
Y esto que está en tu cabeza alimenta las posibilidades de fracaso. Muy pocos saben utilizar al propio miedo para superarlo; de hecho, a la mayoría los paraliza. Por eso debes mostrarte con una tranquilidad, superar tus temores y confiar en ti. Sé valiente. Algo que sirve mucho para darte confianza es recordar las cosas que te han salido bien y analizar por qué te salieron bien para intentar replicarlas ese éxito en el futuro.
2. La primera reunión con inversionistas
Si has iniciado tu propio negocio y necesitas una inyección de efectivo para llevarlo al siguiente nivel, una reunión de inversionistas será un punto crucial en tu vida como emprendedor. El miedo a algo como esto es incluso peor cuando tu idea todavía está por desarrollarse completamente en un producto. Además, si la cuestión depende prácticamente en su totalidad de los fondos de los inversores, el miedo es aún mayor.
Una vez que un inversionista acepta lo que tienes para ofrecerle, hay demasiados pensamientos en tu mente antes de que la reunión se lleve a cabo. Quizás sea la reunión más importante de tu vida y por eso estás asustado. Tienes miedo a que ese inversionista no le guste tu producto o te diga que no y todo se acabe allí.
Pero la cuestión está en que no hay motivo de alarma. Debes salir airoso si tienes un buen plan de negocio y conoces los beneficios y posibles riesgos de tu producto, de modo que puedas pintárselo muy atractivamente al inversionista.
Recuerda que en una reunión con un inversionista siempre debes dar una buena primera impresión, debes parecer una persona que sabe lo que está haciendo y no alguien que está probando suerte. Siempre que tengas en cuenta estos tips, no hay por qué tener miedo.
3. Lanzamiento del producto
Si superas airoso el tema del inversor y sales con algunos fondos importantes para tu empresa, debes prepararte para la siguiente etapa de tu emprendimiento: el lanzamiento del producto. Si estás comenzando tu negocio con fondos personales, ahorros o dinero prestado de amigos, la presión de los inversores no estará detrás de ti, pero todavía estarás desesperado por saber cómo tus potenciales clientes responderán al lanzamiento del producto.
Asegúrate de que tu estrategia de lanzamiento sea lo suficientemente buena como para atraer a una audiencia adecuada que potencialmente podría pagar tu inversión. Aquí es donde la creatividad empieza y por eso sería bueno que contaras con alguien que pueda organizarte un evento bonito y atractivo o puedes pasar un buen tiempo asistiendo a eventos de lanzamiento de producto para tomar ideas.
4. La decisión de contratar a tu primer empleado
Los empleados son tus mayores activos. Los primeros empleados que contratas pueden construir o destruir tu negocio dependiendo del trabajo que realizen. Tu éxito, al final, dependerá en gran parte de las personas en las que brindas la oportunidad de realizar ciertas operaciones de tu emprendimiento.
Tienes que hacerlo bien, revisar bien su historial y la experiencia que tienen en negocios similares.