La Procrastinación - raul loaiza marketing y emprendimiento
La Procrastinación

La Procrastinación

La procrastinación es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables.

Atendiendo a esta definición, podemos entender que aquellas tareas que son más susceptibles de ser postergadas son aquellas que no nos divierten. Y que, además, no es obligatorio realizarlas ahora mismo.

La procrastinación es por tanto uno de los ladrones del tiempo con el que tenemos que lidiar en nuestro día a día.

Vence la procrastinación

1. Establece tus objetivos

Cuando tus objetivos son poco realistas o no están bien definidos, es más probable que termines procrastinando. Conocer el motivo que hay detrás de tu esfuerzo, te ayudará a vencer la tentación.

La motivación es una fuerza muy potente, que te empuja a realizar esfuerzos para conseguir lo que deseas. En este sentido, es lo opuesto a la procrastinación, porque te anima a aplazar recompensas inmediatas para lograr recompensas mayores a largo plazo.

A la hora de definir objetivos debes procurar que sean lo más específicos posibles. Los objetivos muy generales o amplios no resultan motivadores. Incluso pueden generar cierto malestar por percibirlos como demasiado lejanos o difíciles de alcanzar.

2. Organiza tu día

Uno de los principales desencadenantes de la procrastinación es tener que decidir cuál es la acción siguiente. No saber qué hacer genera sentimientos negativos y hace más probable que recurras a la procrastinación.

Habrás comprobado que la tentación aumenta en los momentos de cambio de tarea. El motivo es que iniciar una actividad genera cierta resistencia, porque requiere un esfuerzo extra. Si a esta resistencia se suma el esfuerzo mental de planear la siguiente actividad, las probabilidades de procrastinar se multiplican.

3. Divide tu trabajo

Si te enfrentas a un trabajo demasiado complejo y no sabes cómo empezar, es probable que te asalten las dudas o te sientas sobrepasado. Son este tipo de sentimientos negativos los que ejercen como disparadores de la procrastinación.

Cuando te sientes incapaz de abordar algo surge la tentación de aplazar esa tarea, para hacer otras que te resulten más agradables o que estés seguro de poder empezar y terminar.

Para evitarlo la mejor estrategia es dividir tu trabajo en tareas pequeñas y sencillas de abordar. Cada parte del trabajo se convierte en una tarea simple que, una vez terminada, te genera sensación de logro y aumenta tu motivación.

4. Elimina distracciones

Si quieres estar más concentrado en tu trabajo debes eliminar o reducir al mínimo las potenciales fuentes de procrastinación. Es posible que tenga más mérito vencer la procrastinación en un entorno cargado de distracciones y fuentes alternativas de diversión, pero es un esfuerzo innecesario.

Hoy en día, el teléfono móvil es la gran tentación, donde tenemos casi de todo: redes sociales, internet, videos, música, correo, contactos, juegos, etc. Lo mejor es tenerlo en silencio y fuera del alcance de la vista. Si trabajas con un ordenador, otra fuente de distracción es el acceso a internet. Algunos trucos para evitar la tentación son: desactivar la conexión a internet si no es imprescindible para tu tarea.

Las personas de tu entorno también generan interrupciones y son fuente de distracción. Aunque no puedes “silenciar” a las personas, sí puedes poner límites a sus interrupciones. Si estás concentrado y te interrumpen, puedes decir amablemente que atenderás a esa persona más tarde.

5. Recompensa tu esfuerzo

Tener prevista una recompensa te anima a trabajar de manera más eficaz y productiva. Aunque puedes optar por la recompensa que quieras, una buena opcion son precisamente esas actividades agradables que has estado evitando.

El objetivo es dejar de utilizar estas actividades como justificación para no realizar tu trabajo. Cuando dejes de utilizarlas como excusa, podrás empezar a utilizarlas como recompensa por el trabajo bien hecho.

Usar recompensas de este tipo refuerza tu sensación de logro. No es lo mismo hacer algo agradable, que hacer algo agradable que te has ganado. Esta satisfacción hará que las siguientes veces te sea más fácil evitar la procrastinación.

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