Seguramente si tienes objetivos y metas que quieras cumplir, te habrás dado cuenta de lo importante que es ser disciplinada para lograrlo. La autodisciplina es lo que te permite actuar, en cada momento, pese a tu estado emocional del momento. Es decir, no dejarte llevar por tus emociones y hacer aquello que sabes que tienes que hacer pese a que no sea lo que más te apetezca.
La disciplina es un hábito que te permite obtener los resultados que buscas. Se trata de tener una serie de rutinas y hábitos que, hechos de forma constante y mantenidos en el tiempo, te permiten alcanzar aquello que deseas.
Dicho así, parece una golosina, algo que todas queremos ser. Sin embargo, en la vida real se nos dificulta trabajarla de forma constante porque se entremezcla con nuestro estado emocional. Posiblemente, en alguna ocasión te haya ocurrido que quieres hacer algo pero la pereza, los miedos o la inseguridad te hayan detenido y paralizado.
Por ello no podemos obviar nuestro estado emocional y hacer como si no influyera, porque sí lo hace, es normal y somos humanas.
Gestionar mis emociones
CONSEJOS PARA SER MÁS DISCIPLINADA Y VENCER LA PEREZA
Aquí tienes 4 pasos esenciales que puedes poner en marcha para trabajar tu autodisciplina y vencer a la pereza atendiendo a tu estado emocional y viviendo una vida REAL.
1. PON ORDEN EN TUS OBJETIVOS Y RUTINAS
A menudo, veo en las sesiones que hago con mis clientas que no hacen lo que saben que tienen que hacer porque precisamente no saben qué tienen que hacer.
Cuando queremos conseguir un objetivo/resultado, tenemos que establecer un plan que nos lleve hasta el. Un plan con sus micro objetivos y sus pasos. Así tendremos claro qué toca hacer y cuándo.
De este modo, podrás establecer rutinas/hábitos donde tu plan de acción tenga cabida. De lo contrario, tendrás un desorden y caos mental que te harán actuar por inercia, en lugar de actuar con atención e intención.
2. NECESITAS TENER CLARA TU MOTIVACIÓN Y TU PARA QUÉ
Cuando te surge la pereza y no actúas es porque realmente la tarea no te apasiona lo suficiente o no encuentras una razón de peso por la que dedicarle tu tiempo. Por eso la postergas.
No tienes clara cuál es tu motivación.
Y, este es un paso FUNDAMENTAL si quieres sentirte motivada en el proceso y no caer en la pereza y la complacencia. Ten claro tu para qué estás haciendo lo que haces.
3. HÁZTELO FÁCIL
Créate una lista con las tareas que normalmente haces en tu trabajo (o en el área en el que quieras ser más disciplinada).
Y, una vez que la tengas hecha, divide esa lista en dos sublistas:
- Una con aquellas tareas que te requieran más concentración
- Y, otra, con aquellas tareas que te requieran menos concentración.
Así, cuando la pereza te invada podrás decidir avanzar haciendo aquellas tareas que exigen menos de ti pero que son igual de importantes para tu negocio.
De esta manera, te estarás escuchando a ti misma y respetando tu estado emocional sin dejarte llevar por el. Y tendrás un plan para cuando esto te suceda.
4. ENTRENA TU DISCIPLINA
La disciplina es un HÁBITO que puedes adquirir, no es algo que se tenga o no se tenga. Tú eliges y decides si quieres tenerlo o no.
Y para entrenar la disciplina puedes hacerlo con tareas cotidianas:
- Controlar el tiempo que malgastas en redes sociales
- Levantarte a una hora determinada
- Recoger cada día tu lugar de trabajo justo después de tu jornada laboral
- Beber cada día 2 litros de agua
- Comer cada día 5 piezas de fruta
- Hacer deporte 3 veces en semana
- Etc,…
Como ves, son hábitos que muchas veces queremos incorporar a nuestra rutina pero que, por unas cosas o por otras, siempre lo terminamos aplazando y dejando para mañana, el lunes o el próximo año…
Elige una opción. Céntrate en ella. Y cuando la tengas dominada, pasa a la siguiente.
Al principio de este artículo te hablaba de poner orden a tus rutinas y aquí está la clave. Cuando sabes qué tienes que hacer y cuándo lo vas integrando poco a poco en tu sistema hasta convertirlo en un hábito. Y, como ya sabes, los hábitos son nuestros grandes aliados (o nuestros peores enemigos, según el uso que le demos) porque nos permiten actuar de forma automática y por inercia hacia lo que ya conocemos.
La dedicación tendrás que hacerla al inicio para transformar tus viejos patrones por unos nuevos que te ayuden a conseguir aquello que deseas.