El desarrollo profesional continuo se caracteriza por trascender de enfoques exclusivamente formativos y encaminarse hacia otros relacionados con la práctica profesional, el empleo y el trabajo. Se puede decir que es el proceso por el que un individuo que ejerce una profesión, mantiene, mejora y amplía su grado de competencia, conocimientos y habilidades a lo largo de la vida.
Estamos ante un concepto que integra tanto el progreso personal como los medios que facilitan la adaptación a los cambios científicos y técnicos. Además, incluye las habilidades, aptitudes, capacidades y competencias autónomamente adquiridas por un profesional durante el desempeño de su actividad y que amplían, desarrollan y perfeccionan su crecimiento profesional mejorando su eficiencia, productividad y relación interpersonal y con el entorno.
Ventajas del desarrollo profesional continuo
La formación continua tiene grandes ventajas para aquellos profesionales que quieren dar un nuevo impulso a su carrera. Y también para aquellas empresas que quieren potenciar estratégicamente la formación entre los empleados, de cara a mejorar los resultados de la compañía. Estas son algunas de sus principales ventajas.
- Reforzar el CV: la formación continua permite darle una identidad única y especializada al currículum. Estamos obligados a reforzar nuestras habilidades para destacar entre el resto de profesionales.
- Potenciar el networking: la formación te pondrá en contacto con otras personas en la misma situación. No hay mejor forma de hacerlo que aprendiendo del background de otros profesionales del sector, es decir, realizando un networking efectivo.
- Transformar tu identidad profesional: incluso si nos mantenemos en el mismo sector, cuando nos postulamos para puestos directivos o deseamos ascender en la empresa, inevitablemente debemos transformar nuestros perfil técnico o ejecutivo hacia un perfil más estratégico y de liderazgo. Y esto es algo que se consigue gracias al desarrollo profesional continuo.
- Dar un impulso a tu carrera: la formación continua nos ayuda a dar un impulso a nuestra carrera, preparándonos para desempeñar funciones que antes no podíamos llevar a cabo.
- Impulsar el crecimiento de la empresa: muchas veces son las propias empresas quienes alientan la formación continua de sus empleados. Esto se debe a que la formación de los miembros de la plantilla ayuda a mejorar las variables del éxito del negocio. Adquirir nuevas habilidades y competencias contribuye a la mejora de la productividad, la consecución de objetivos de negocio o a la posibilidad afrontar nuevos retos empresariales.