La marca personal o personal brand es, como se especifica en la propia Wikipedia, «la huella que dejamos en los demás«. O dicho de otra manera por el mismísimo Jeff Bezzos, «tu marca personal es lo que dicen de ti cuando tú no estás delante«. Efectivamente la marca personal es aquello que transmites y que influye en cómo los demás te valoran, en este caso centrándonos en el ámbito profesional aunque también afecta en el personal.
Cada uno de nosotros somos, en cierta manera, una marca que, de la misma manera que un producto, debe transmitir quienes somos, nuestra trayectoria y qué aportamos. Esta marca personal que trabajemos será determinante para ser reconocidos de una manera u otra en el sector en el que nos desenvolvemos.
5 elementos clave al crear tu marca personal
1. Conócete a ti mismo y posiciona tu marca
Haz un ejercicio de conocimiento personal para decidir cómo vas a querer plantear tu marca personal. Parece una parte fácil pero realmente considero que es la parte más importante y a la vez más compleja del proceso. Es fundamental tener claro cómo somos y en qué somos buenos (y a la vez en qué somos menos buenos) y así decidir qué quiero poner en valor y a qué quiero que asocien mi marca personal.
Es clave definir bien qué ofreces y tener claro el elemento diferencial. Nuestro entorno es cada vez más competitivo y homogéneo por lo que es fundamental aportar valor diferencial y tener algo diferente y de utilidad frente al resto.
Ligado a este último punto, tendremos que decidir cómo nos queremos posicionar. Podemos, por ejemplo, posicionarnos como emprendedores, como embajadores de marca de nuestra compañía, como profesionales de una empresa, como expertos de una área concreta, como empresarios, etc. Será clave tener esto en cuenta para definir y posicionar de manera adecuada nuestra marca ya que la estrategia y herramientas de comunicación a utilizar tendrán que decidirse en función de esta base que hay que trabajar de inicio.
2. Objetivos definidos
Sin unos objetivos definidos no hay estrategia posible que podamos desarrollar. Tras haber reflexionado sobre cómo queremos que sea nuestra marca, es el momento de decidir qué queremos hacer con ella y qué queremos conseguir. Y como ya hemos hablado en varias ocasiones, esos objetivos que nos marquemos deben fijarse y asegurar su puesta en marcha siempre teniendo en cuenta el acrónimo SMART: Specific (específico), Measurable (medible), Attainable (alcanzable), Relevant (relevante) y Timely (programado).
El hecho de fijar objetivos y seguir una estrategia consistente y estructurada previamente, nos va a ayudar a que realmente trabajemos nuestra marca personal y que no trabajemos en vano haciendo solamente ruido social. No se trata de impresionar o de publicar contenido de vez en cuando, se trata de aportar construyendo una marca propia que aporte valor.
3. Definir nuestro público objetivo
Llegados a este punto, ya sabemos cómo queremos que sea nuestra marca, qué puntos fuertes queremos destacar, qué elementos diferenciales tiene y qué objetivos nos marcamos. Ahora, para cumplirlos, es necesario definir muy buen nuestro buyer persona y centrar nuestros esfuerzos en dirigir nuestra estrategia a llegar a esa audiencia que es la que nos interesa
4. Estrategia: dónde se va a trabajar y de qué manera
Con los puntos anteriores trabajados, y siempre en esa misma línea, debemos desarrollar un plan de acción para conseguir visibilidad. Para ello, es necesario decidir dónde se va a trabajar nuestra marca personal y en qué formatos. Todo esto debe tener una coherencia: tan importante es que la definición de base esté bien planteada como que la estrategia y plan de acción posterior se lleven a cabo en la misma línea.
Podemos trabajar nuestra marca personal de maneras muy diversas y utilizando diferentes formatos y plataformas. Nosotros lo vamos a explicar dividiendo las posibles acciones en tres grandes grupos:
- A pequeña escala (contacto directo 1 a 1). Es la vía más tradicional y, como comentábamos inicialmente, se ha tenido siempre pero ahora, con las posibilidades que ofrece Internet, el alcance aumenta y las posibilidades crecen. Puede abarcar desde que te tomes un café con una persona cercana hasta que hables por mensaje privado en LinkedIn con alguien de otro país para establecer un primer contacto.
- A mediana escala (a un grupo de usuarios). Puedes, por ejemplo, realizar conferencias en eventos, clases en universidades o escuelas de negocios, charlas en centros cívicos o espacios similares de tu ciudad.
- A gran escala (en abierto). Aquí se encuentran mayoritariamente herramientas de internet. Aquí incluiríamos, por ejemplo, publicar artículos en medios especializados de tu sector, tener tu propia web o blog personal, escribir un libro o utilizar redes sociales relevantes de tu sector o más amplias como Twitter, LinkedIn o YouTube.
5. Honestidad, pasión y constancia
Y añadimos tres ingredientes que deben permanecer siempre de principio a fin: honestidad, pasión y constancia. Para trabajar y mantener esa imagen de marca personal que queremos trasladar, es importante que se plantee con honestidad, que se alimente con mucha pasión y que se mantenga con constancia para que no sea un trabajo puntual sino que se fundamenta y persista en el tiempo consiguiendo así relevancia suficiente.